El Árbol de Navidad Maldito
En la Ciudad de México, en la década de los 90, la Navidad siempre había sido una época de alegría y celebración. Las calles se llenaban de luces, los mercados se abarrotaban de gente comprando regalos, y las familias se reunían para compartir cenas y risas. Pero para la familia Hernández, esa Navidad sería diferente, una que nunca olvidarían.
La familia Hernández vivía en una casa antigua en la calle Moctezuma, Colonia del Carmen, Coyoacán. La casa, con sus paredes de adobe y techos altos, había sido el hogar de generaciones de Hernández. Este año, decidieron decorar el árbol de Navidad con más esmero que nunca. Compraron un árbol grande y frondoso, y lo adornaron con esferas rojas, luces brillantes y una estrella dorada en la punta. Sin embargo, entre las decoraciones, había una figura que no recordaban haber comprado: una máscara demoníaca con cuernos y ojos rojos brillantes.
La máscara parecía estar hecha de algún material antiguo, con detalles intrincados que le daban una apariencia aterradora. Los niños de la familia, Ana y Luis, estaban fascinados y asustados al mismo tiempo. "¿De dónde salió esto?", preguntó Ana, mirando la máscara con curiosidad. "No lo sé", respondió su madre, Clara, "pero parece interesante. Dejémosla ahí, le da un toque único al árbol".
Esa noche, mientras todos dormían, Clara escuchó un ruido extraño proveniente de la sala. Se levantó de la cama y bajó las escaleras, encontrando la sala en penumbra. Las luces del árbol de Navidad parpadeaban de manera errática, y la máscara demoníaca parecía brillar con una luz propia. Clara sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero pensó que solo era su imaginación. Apagó las luces del árbol y volvió a la cama.
Continuará…..


